Elreyo: Curiosidades y diversión: Chistes VI
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05 septiembre 2008

Chistes VI

El papá de Jaimito decide irse a vivir a los Estados Unidos con toda la familia y Pepito ingresa a una escuela.
La maestra pregunta a Pedrito:
- A ver Pedrito, deme un ejemplo de la palabra "evidentemente".
- Bueno maestra, mi papá, mi mamá, mis hermanos, y yo, fuimos a comer a un restaurant, evidentemente que mi mamá no cocinó ese día.
- Muy bien Pedrito, a ver Juanito deme un ejemplo de la palabra "evidentemente".
- Mi papá, mi mamá, mis hermanos, y yo, nos fuimos a la playa, evidentemente que la casa quedó sola.
- Muy bien Juanito.
A ver Jaimito, deme un ejemplo de la palabra "evidentemente".
- Bueno maestra, yo estaba sentado en el pasillo de mi casa, y vi pasar a mi abuelita con el diario New York Times Paper, y dije: Evidentemente va a cagar, porque no sabe leer inglés.


Un señor de Lepe odia al gato de su mujer y decide hacerlo desaparecer. Lo mete en una bolsa y lo lleva en el coche a 20 kilómetros de su casa.....
Cuando vuelve, el gato estaba sentado en el portón de la casa.
Nervioso, el de Lepe, repite la operación, pero ahora lo abandona a 40 kilómetros de su casa.....
Cuando vuelve, el gato otra vez estaba esperándole en el portón.
Ahora el de Lepe estaba furioso. Agarra el gato, lo pone en el coche y conduce 10 kilómetros a la derecha, 20 a la izquierda, 30 hacia el norte,
y 25 hacia el sur. Suelta el gato y emprende el regreso a casa.
Al cabo de un rato, llama a su mujer por el móvil y le dice:
- Querida, ¿el gato está por ahí?.
- Acaba de llegar, ¿por qué, querido?
- ¡¡Pues dile que se ponga, que me he perdido...!!



Pues esto es un señor de Lepe que se ha comprado un Mercedes y el día que lo estrena con su señora se deja las llaves dentro del coche.
- Bueno, pues habrá que coger una piedra y romper un cristal, dice el hombre.
+ No seas tan brusco, cariño; mira, la ventana está un poco abierta; coges un alambre y tiras del seguro de la puerta...
El hombre lo intenta, pero nada. La mujer, con aquel retintín tan
especial, le corrige:
- Pero, cariño, hazle un lazo al extremo para poder agarrar el seguro...
Sudando el hombre, hace el lacito, pero nada.
- ¡Cariño, por Dios! El lacito mas estrecho: ¿cómo piensas agarrarlo, si no...?
Total que nuestro hombre no puede más y le grita a su mujer:
- ¡Sí, claro, tú desde dentro del coche lo ves todo muy fácil!

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