En un McDonald’s, un tipo joven observa a una pareja de ancianos que
entran a almorzar, y se da cuenta que el anciano ordena una
hamburguesa, una orden de papas, un refresco y que pide un vaso extra.
Interesado, ve cómo el anciano divide la hamburguesa a la mitad y que
cuenta las papas fritas: una para ella, una para él, otra para ella y
otra para él, hasta dividirlas por igual. Después, el viejo llena el
vaso vacío con la mitad del refresco. El setentón empieza a comer
mientras la esposa lo vigila con las manos sobre su falda.
Acomedido, el muchacho se acerca a los ancianos y amablemente les
pregunta que si no les importaría que les comprara otra hamburguesa, y
así no tendrían que dividir esa. Pero el viejo le replica:
“Nosotros llevamos 50 años de casados y cada cosa siempre la hemos
dividido a la mitad, jovencito”.
Dirigiéndose a la anciana, el chico le pregunta que cuándo iba ella a
comer. La mujer le contesta:
“Tengo que esperar mi turno para que él me preste la dentadura,
hijito”.
Hoy mi hija cumple 18 años… y estoy muy contento porque es el último pago de pensión alimenticia que le doy, así que llamé a mi hijita para que viniera a mi casa y cuando llegó le dije:
- “Hijita, quiero que lleves este cheque a casa de tu mamá y que le digas que: ¡¡¡Este es el último maldito cheque que va recibir de mí en todo lo que le queda de su puta vida!!! y quiero que me digas la expresión que pone en su rostro”.
Así que mi hija fue a entregar el cheque. Yo estaba ansioso por saber lo que la bruja tenía que decir y qué cara pondría.
Cuando mi hijita entró, le pregunté inmediatamente:
- “¿Qué fue lo que te dijo tu madre?”
- “¡Me dijo que justamente estaba esperando este día para decirte que no eres mi papá!”
Una mujer estaba agónica en su lecho de muerte. Su esposo mantenía constante vigilia a su lado. El sostenía su frágil mano y mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas, él oraba por su esposa. Ella lo miró y sus pálidos labios comenzaron a moverse:
- Mi amado -susurró.
- Calla… -dijo él- descansa. Shhh. No hables.
Ella insistentemente dijo con su cansada voz:
- Tengo algo que confesarte.
- No hay nada que confesar. Todo está bien, duerme.
- No, no, yo debo morir en paz…, Yo me acosté con tu hermano, tu mejor amigo y con tu padre.
- Ya lo sé, por qué te crees que te envenené
Un hombre conducia por una autopista desierta cuando de reojo vio una señal que decia:
“Casa De Putas De Las Hermanitas De La Caridad 20 KM”
Creyo que habia sido una broma que le habia gastado su imaginacion y siguio conduciendo sin pensar mas en ello. Sin embargo, al poco descubrio otra señal que decia:
“Casa De Putas De Las Hermanitas De La Caridad 10 KM”
Y tuvo que reconocer que las señales eran de verdad. Cuando se encontro con la tercera señal:
“Casa De Putas De Las Hermanitas De La Caridad Siguiente Salida A La Derecha”
Su curiosidad pudo mas que el y tomo la salida indicada.
Llego a un aparcamiento sombrio con un edificio de piedra oscuro en un extremo y un cartelito en su puerta que decia:
“Hermanitas De La Caridad”
Llamo a la puerta y le abrio una monjita vestida con un largo habito negro que le pregunto:
- ¿Qué puedo hacer por ti, hijo mio?
A lo que nuestro hombre respondio:
- Bueno, he visto sus carteles en la autopista y estoy interesado en la posibilidad de hacer negocios, ya sabe…
- Muy bien, hijo mio. Sigueme, por favor.
La monjita le condujo por tortuosos pasillos de manera que al poco el hombre estaba absolutamente desorientado. Se detuvieron ante una puerta cerrada y le dijo al hombre:
- Por favor, llame a esta puerta.
Asi lo hizo y le abrio otra monjita con un habito largo y negro con una copa en la mano. Esta le instruyo:
- Por favor, deposita 5000 ptas. en esta copa y luego sigue este corredor hasta la puerta de madera del fondo.
Nuestro hombre le dio el dinero y recorrio el corredor hasta la puerta que le habian dicho. La abrio, la cruzo y, al tiempo que la puerta se cerraba a sus espaldas, se encontro con que habia vuelto al aparcamiento donde habia dejado su coche y un cartel pequeñito que decia:
“Ve en paz, te acaban de joder las Hermanitas de la Caridad”
entran a almorzar, y se da cuenta que el anciano ordena una
hamburguesa, una orden de papas, un refresco y que pide un vaso extra.
Interesado, ve cómo el anciano divide la hamburguesa a la mitad y que
cuenta las papas fritas: una para ella, una para él, otra para ella y
otra para él, hasta dividirlas por igual. Después, el viejo llena el
vaso vacío con la mitad del refresco. El setentón empieza a comer
mientras la esposa lo vigila con las manos sobre su falda.
Acomedido, el muchacho se acerca a los ancianos y amablemente les
pregunta que si no les importaría que les comprara otra hamburguesa, y
así no tendrían que dividir esa. Pero el viejo le replica:
“Nosotros llevamos 50 años de casados y cada cosa siempre la hemos
dividido a la mitad, jovencito”.
Dirigiéndose a la anciana, el chico le pregunta que cuándo iba ella a
comer. La mujer le contesta:
“Tengo que esperar mi turno para que él me preste la dentadura,
hijito”.
Hoy mi hija cumple 18 años… y estoy muy contento porque es el último pago de pensión alimenticia que le doy, así que llamé a mi hijita para que viniera a mi casa y cuando llegó le dije:
- “Hijita, quiero que lleves este cheque a casa de tu mamá y que le digas que: ¡¡¡Este es el último maldito cheque que va recibir de mí en todo lo que le queda de su puta vida!!! y quiero que me digas la expresión que pone en su rostro”.
Así que mi hija fue a entregar el cheque. Yo estaba ansioso por saber lo que la bruja tenía que decir y qué cara pondría.
Cuando mi hijita entró, le pregunté inmediatamente:
- “¿Qué fue lo que te dijo tu madre?”
- “¡Me dijo que justamente estaba esperando este día para decirte que no eres mi papá!”
Una mujer estaba agónica en su lecho de muerte. Su esposo mantenía constante vigilia a su lado. El sostenía su frágil mano y mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas, él oraba por su esposa. Ella lo miró y sus pálidos labios comenzaron a moverse:
- Mi amado -susurró.
- Calla… -dijo él- descansa. Shhh. No hables.
Ella insistentemente dijo con su cansada voz:
- Tengo algo que confesarte.
- No hay nada que confesar. Todo está bien, duerme.
- No, no, yo debo morir en paz…, Yo me acosté con tu hermano, tu mejor amigo y con tu padre.
- Ya lo sé, por qué te crees que te envenené
Un hombre conducia por una autopista desierta cuando de reojo vio una señal que decia:
“Casa De Putas De Las Hermanitas De La Caridad 20 KM”
Creyo que habia sido una broma que le habia gastado su imaginacion y siguio conduciendo sin pensar mas en ello. Sin embargo, al poco descubrio otra señal que decia:
“Casa De Putas De Las Hermanitas De La Caridad 10 KM”
Y tuvo que reconocer que las señales eran de verdad. Cuando se encontro con la tercera señal:
“Casa De Putas De Las Hermanitas De La Caridad Siguiente Salida A La Derecha”
Su curiosidad pudo mas que el y tomo la salida indicada.
Llego a un aparcamiento sombrio con un edificio de piedra oscuro en un extremo y un cartelito en su puerta que decia:
“Hermanitas De La Caridad”
Llamo a la puerta y le abrio una monjita vestida con un largo habito negro que le pregunto:
- ¿Qué puedo hacer por ti, hijo mio?
A lo que nuestro hombre respondio:
- Bueno, he visto sus carteles en la autopista y estoy interesado en la posibilidad de hacer negocios, ya sabe…
- Muy bien, hijo mio. Sigueme, por favor.
La monjita le condujo por tortuosos pasillos de manera que al poco el hombre estaba absolutamente desorientado. Se detuvieron ante una puerta cerrada y le dijo al hombre:
- Por favor, llame a esta puerta.
Asi lo hizo y le abrio otra monjita con un habito largo y negro con una copa en la mano. Esta le instruyo:
- Por favor, deposita 5000 ptas. en esta copa y luego sigue este corredor hasta la puerta de madera del fondo.
Nuestro hombre le dio el dinero y recorrio el corredor hasta la puerta que le habian dicho. La abrio, la cruzo y, al tiempo que la puerta se cerraba a sus espaldas, se encontro con que habia vuelto al aparcamiento donde habia dejado su coche y un cartel pequeñito que decia:
“Ve en paz, te acaban de joder las Hermanitas de la Caridad”
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