Una vez se encontraron tres locos en un desierto. Llevaban varios días de recorrido y no habían encontrado nada para comer y mucho menos para beber.
Después de cinco días, los tres locos encontraron un viejo automóvil en medio del desierto, uno de los locos pregunta:
- ¿Para qué nos puede servir este auto?
El segundo le contesta:
- Yo no sé, pero tiene que servir para algo.
El tercero le responde:
- Yo me voy a llevar un asiento para sentarme cuando me canse.
El segundo le dice:
- Yo me voy a llevar el radiador para tomar agua cuando tenga sed.
El primer loco le dice:
- Pues, yo me voy a llevar una puerta.
Y los otros locos le dicen:
- ¿Una puerta? ¿Y para qué?
A lo que el primer loco le contesta:
- ¡Para bajar los cristales cuando tenga calor!
Son tres amigotes que van a un puticlub y ven en el recibidor una máquina con ranuras para meter billetes y monedas. Preguntan y el portero les explica que es el sistema de la "casa". El primero echa un billete de 200 euros y en la máquina sale sale un ticket que dice:
"Planta tercera, puta número cinco."
El segundo echa un billete de 100 euros y le sale:
"Planta segunda, puta número tres."
Y el tercero echa una moneda de 2 euros y le sale:
"Planta baja, puta calle."
Estaba Jaimito escribiendo su carta al Niño Jesús...
Querido Niño Jesús:
Me he portado MUY bien este año y quiero que, por favor, me TRAIGAS una bicicleta.
Atentamente: Jaimito.
Se dispone a poner la carta en el Nacimiento, pero en ese momento observa que la figura de la Virgen María le mira fijamente. Arrepentido rompe la carta y escribe de nuevo:
Querido Niño Jesús:
CREO que me he portado regular este año, por favor TRAEME una bicicleta.
Atentamente: Jaimito.
Nuevamente se dispone a poner la carta cuando siente la mirada de la Virgen María que volvía a mirarle fijamente. Rompe la carta y vuelve a escribir.
Querido Niño Jesús:
No me he portado muy bien este año, pero si me traes una bicicleta, prometo portarme bien el que viene.
Atentamente: Jaimito.
Va con la carta de nuevo y otra vez la mirada de la Virgen María sobre él. Rompe otra vez la carta y desesperado coge a la Virgen María y la encierra en el ropero. Vuelve a escribir.
Niño Jesús: tengo a tu madre retenida, si quieres volver a verla, ¡deja una bicicleta debajo del puto árbol!
Una tarde un abogado iba en su limusina cuando vio dos hombres al costado de la ruta comiendo pasto.
Preocupado, ordenó a su chofer detenerse y bajó a investigar.
Le preguntó a uno de ellos:
- ¿Por qué están comiendo pasto?
- No tenemos dinero para comida. - dijo el pobre hombre - Tenemos que comer pasto.
- Bueno, entonces Uds. vengan a mi casa y yo los alimentaré -dijo el abogado.
- Pero, Sr., tengo esposa y dos chicos conmigo. Están allí, debajo de aquél árbol.
- Que vengan también, -dijo el abogado. Volviéndose al otro pobre hombre le dijo: Ud. también venga.
El hombre, en una voz lastimosa dijo: Pero, Sr., yo también tengo esposa y SEIS hijos conmigo!
- Que vengan ellos también. -respondió el abogado.
Entraron todos en el auto, lo que no fue fácil, aún para un automóvil tan grande como la limusina.
Una vez en camino, uno de los pobres tipos lo miró al abogado y dijo:
- Sr., usted es muy bueno. Gracias por llevarnos a todos con usted
El abogado dijo:
- Feliz de hacerlo, les va a encantar mi casa. El pasto está como de tres metros de alto.
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