Un tipo se queja con su médico: Doctor, mi esposa es frígida y no logro excitarla con nada. El especialista saca de su botiquín unas pastillas y se las da. Ponga una de estas pastillas en el café de su esposa antes de acostarse y verá como reacciona ella. Por la noche, el marido pone una de las pastillas en el café de su mujer y piensa: Mi mujer es muy fría, mejor le pongo dos. Duda por un momento y decide ponerle otra más. Antes de acostarse, el marido vuelve a titubear: Le puse tres pastillas, ¿y si ahora no estoy a la altura? Mejor me tomo yo también tres pastillas. A media noche, la mujer se despierta jadeando y le reclama a su marido: ¡¡Necesito un hombre!! El marido, gimiendo de la misma manera, responde: ¡¡Yo también!!
Hoy me levanté temprano, me puse los pantalones, me vestí lentamente, hice café, agarre mis palos de golf, me fui silenciosamente al garaje, puse los palos en el coche, y procedí a sacar el coche del garaje bajo una lluvia torrencial. Estaba toda la calle inundada y el viento gélido soplaba a 100 kph. Volví a entrar el coche en el garaje, puse la radio y me enteré de que el mal tiempo iba a durar todo el día. Que decepción! Entré de nuevo en mi casa, me desvestí silenciosamente y me deslicé dentro de la cama. Despacito me acosté contra la espalda de mi mujer, le puse la mano en la nalga y le susurré al oído: El tiempo afuera está horrible. Ella me contestó medio dormida: Ya lo sé. ¿Puedes creer que el tonto de mi marido se fue a jugar golf?
Una chica va a consultar a su ginecólogo: Doctor, ayúdeme por favor. Siempre tengo una necesidad irresistible de estar con un hombre y no puedo parar, se va uno y viene el otro y no puedo controlar este deseo. ¡ah! Lo que pasa, señorita, es que usted es una ninfómana. ¡Ay, doctor, apúntemelo en un papelito, porque en el barrio todos dicen que es que soy una puta!
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