PRIMERA:
Le dice un cliente a una azafata, después de una discusión, que le está resultando una persona muy desagradable.
Y le contesta la azafata: Sin embargo, usted a mí me parece una bellísima persona, pero podemos estar los dos equivocados.
SEGUNDA:
Después de un pollo monumental por overbooking, le dice el cliente a una azafata de mostrador:
Señorita, ¡no sabe usted con quién está hablando!
Se vuelve la tía a su compañera y le dice: Mira, otro gilipollas que no sabe ni cómo se llama!
TERCERA:
Macho ibérico haciéndose el gallito con la azafata delante de los amigotes:
Señorita, por el precio que he pagado por este billete ¿puedo tocarle el culo?
Ella, muy digna y sin inmutarse, le dice: Déjeme que lo vea. Y empieza a mirar el billete hoja por hoja.
Cuando acaba le dice: Pues no, pero por este precio tiene derecho a que le dé por culo el comandante.
CUARTA :
¡Señorita, este vino sabe a polla!.
Es imposible, señor, en esta compañia sólo servimos vinos de excelente calidad. Debe ser que le está repitiendo algo que haya comido antes .
24 noviembre 2008
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