CHISTES SÓLO PARA ADULTOS
Un naufrago lleva ya tres meses en una isla desierta, y un día, estando tirado al sol en la playa, viene una ola gigantesca que arroja sobre la arena a una tía imponente vestida con un ajustadísimo traje de neopreno con cremallera delantera.
La maciza se acerca al tipo y le dice:
- Estoy aquí para satisfacer tus deseos. Pídeme lo que quieras.
A lo que el naufrago le responde:
- Pues hombre... después de tres meses aquí, sólo, desesperado, lo que me apetece de verdad es tomarme un buen café bien cargado...
Dicho y hecho. La tía chasca los dedos, y ¡zas!, aparece en la mano del tío una taza de café; se lo toma, y la tía insiste, utilizando un tono cada vez más sugerente:
- Y ahora, ¿qué más deseas?
Y él, pensativo:
- Pues... después del café, lo que me gustaría de verdad es fumarme un buen puro.
Y ella de nuevo ¡zas! y aparece un Cohíba monumental. El menda se lo fuma, y cuando termina, ella ya se insinúa descaradamente, y acercándose a él comienza a desabrocharse de manera sensual la cremallera del traje de neopreno.
- Y ahora, cariño...
Y entonces él le dice:
- ¡No jodas que ahí dentro traes el Marca!
Un hombre se sienta en un tren frente a una voluptuosa rubia que lleva una pequeña minifalda puesta. Aunque quisiera, no era capaz de retirar su mirada de los muslos de ella. Como era de esperar, se da cuenta de que va sin ropa interior.
La rubia se da cuenta de que el la mira ahí, y le dice:
- ¿Me estás mirando la vagina?
- Si, disculpa -responde el hombre, tras quitar su mirada.
- Está bien -responde la mujer- es muy talentosa, mira esto, voy a hacer que mi vagina te mande un beso.
Increíblemente, la vagina le manda un beso. El hombre, totalmente asombrado, pregunta que otra cosa puede hacer.
- Puedo también hacer que te guiñe un ojo, dice la mujer.
El hombre mira asombrado como la vagina le hace un guiño.
- Ven y sientate al lado mio -sugiere la excitada mujer.
El hombre se sienta a su lado y ella le pregunta:
- ¿Quieres meter un par de dedos ahí?
Paralizado de asombro, el hombre responde:
- ¡No me jodas que también silba!!!
Un naufrago lleva ya tres meses en una isla desierta, y un día, estando tirado al sol en la playa, viene una ola gigantesca que arroja sobre la arena a una tía imponente vestida con un ajustadísimo traje de neopreno con cremallera delantera.
La maciza se acerca al tipo y le dice:
- Estoy aquí para satisfacer tus deseos. Pídeme lo que quieras.
A lo que el naufrago le responde:
- Pues hombre... después de tres meses aquí, sólo, desesperado, lo que me apetece de verdad es tomarme un buen café bien cargado...
Dicho y hecho. La tía chasca los dedos, y ¡zas!, aparece en la mano del tío una taza de café; se lo toma, y la tía insiste, utilizando un tono cada vez más sugerente:
- Y ahora, ¿qué más deseas?
Y él, pensativo:
- Pues... después del café, lo que me gustaría de verdad es fumarme un buen puro.
Y ella de nuevo ¡zas! y aparece un Cohíba monumental. El menda se lo fuma, y cuando termina, ella ya se insinúa descaradamente, y acercándose a él comienza a desabrocharse de manera sensual la cremallera del traje de neopreno.
- Y ahora, cariño...
Y entonces él le dice:
- ¡No jodas que ahí dentro traes el Marca!
Un hombre se sienta en un tren frente a una voluptuosa rubia que lleva una pequeña minifalda puesta. Aunque quisiera, no era capaz de retirar su mirada de los muslos de ella. Como era de esperar, se da cuenta de que va sin ropa interior.
La rubia se da cuenta de que el la mira ahí, y le dice:
- ¿Me estás mirando la vagina?
- Si, disculpa -responde el hombre, tras quitar su mirada.
- Está bien -responde la mujer- es muy talentosa, mira esto, voy a hacer que mi vagina te mande un beso.
Increíblemente, la vagina le manda un beso. El hombre, totalmente asombrado, pregunta que otra cosa puede hacer.
- Puedo también hacer que te guiñe un ojo, dice la mujer.
El hombre mira asombrado como la vagina le hace un guiño.
- Ven y sientate al lado mio -sugiere la excitada mujer.
El hombre se sienta a su lado y ella le pregunta:
- ¿Quieres meter un par de dedos ahí?
Paralizado de asombro, el hombre responde:
- ¡No me jodas que también silba!!!
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