Un día, frotándose la cabeza, Pepito siente una protuberancia y va y le pregunta a su mamá:
"Mamá, ¿por qué tengo este chichón en la cabeza?"
"Pues lo tienes desde que naciste, hijo. Lo que pasa es que cuando ibas a nacer, a tu papá le dieron ganas de hacer el amor y, como tú venías de cabeza, te hizo ese chichón con su cosita".
Pepito se queda pensando y responde: "¡Qué suerte que venía de cabeza!, porque si hubiera venido de culo...
Un tipo mayor se hace miembro de un campo de nudistas muy exclusivo por simple curiosidad, en busca de nuevas emociones. Como era su primer día, se quitó la ropa como todo el mundo y fue a dar vueltas por el recinto. Una linda rubia apareció por ahí y él inmediatamente tuvo una erección. La chica notó su erección e inmediatamente se le acercó sensual:
"¿Me ha llamado, señor?"
"¿Yo? No, ¿por qué?"
"Usted debe ser nuevo; le voy a explicar. Aquí tenemos una regla: si le provoco una erección, quiere decir que usted me ha llamado, que usted me desea".
Sonriente, la chica lo lleva a un jardín y se acuesta en una toalla; tira fuertemente hacia ella de la mano del hombre y se deja poseer de todas las formas posibles. El fulano, loco de contento, sigue explorando las delicias de aquel campo. Entra al sauna, se sienta e involuntariamente se le escapa un pedo. Sonriente, de inmediato se le acerca un tipo enorme, peludo y con una erección del tamaño de un bate de béisbol:
"¿Me ha llamado, señor?"
"¡¿Yo?! No, ¿por qué?"
"Usted debe ser nuevo aquí. Le voy a explicar: tenemos una regla que dice que si te tiras un pedo, significa que me ha llamado, que usted me desea. Dicho esto, el gigantón voltea a nuestro personaje sobre el piso y lo posee de una manera bestial. Luego se marcha. El novicio con mucha dificultad se dirige como puede a la oficina del club. Una recepcionista desnuda lo saluda muy sonriente:
"¿Puedo ayudarlo, señor?"
"Le devuelvo su llave y su tarjeta. Puede quedarse con los 500 euros de cuota inicial".
"¡Pero, señor, usted tan sólo ha estado aquí un par de horas y solamente ha visto un par de nuestras facilidades""
"Escúchame una cosa, nena, yo soy un hombre de 58 años. A duras penas tengo una erección al mes pero me tiro como 15 pedos al día... ¡No me conviene, gracias!"
Llega un joven indio a un burdel, toca a la puerta y le abre la Madame.
Al ver su vestimenta, la Madame le dice:
"¿Qué se te ofrece?"
A lo que de inmediato contesta el indio:
"¡Indio querer mujer!"
"¿Tienes experiencia?"
"Pues...no..." responde el joven indio.
"En ese caso vete allá, a la selva donde vives, consíguete un tronco de un árbol que tenga un huequito, practicas allá durante un mes y luego vuelves. ¿De acuerdo?" le dice la Madame.
El indio se va. Practica durante todo un mes con un árbol y regresa con una tabla debajo del brazo. Toca a la puerta del prostíbulo y nuevamente le abre la Madame.
"¡Indio querer mujer. Ya tener experiencia!"
La Madame le hace entrar y llama a Romualda para que le atienda.
Romualda y el indio suben al cuarto, ella se desviste y se pone en cuatro patas en la cama para tirar estilo perrito. De repente el indio saca la tabla y le zampa tremendo tablazo por el culo.
Romualda, muy enojada, y sobándose las nalgas, le dice al indio:
"Pero bueno, ¿qué te pasa?, ¡indio hijo de puta! ¿Por qué me pegaste con esa tabla?"
El indio muy serio, parado a la orilla de la cama, le contesta:
"Indio querer asegurarse de que tú no tener avispas"
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