Un hombre pequeño va en el ascensor cuando se monta un negro tremendo al lado suyo.
Este mira al hombrecillo y ofreciéndole la mano, le dice:
- 2,10 metros , 125 kilos, un pene de 30 cm , dos testículos de 200 gramos cada uno. Cubano. Mi nombre: Dante Lapuerta.
El hombrecillo se desmaya y el hombre negro, sorprendido, le levanta y le despierta abofeteándole. Entonces le pregunta:
- ¿Tienes algún problema? A lo que el hombrecillo le contesta:
- ¿Podría repetir despacio lo que ha dicho?
El negro le mira desde arriba y le vuelve a decir:
- 2,10 metros , 125 kilos, un pene de 30 cm , dos testículos de 200 gramos cada uno. Cubano. Mi nombre: Dante Lapuerta.
- Gracias Dios mío, pensé que habías dicho 'Date la vuelta'.
Alberto fue el primero que se dió cuenta que su miembro viril había crecido en los últimos días y además se mantenía erecto más tiempo. El ungüento que había comprado a través de un anuncio en el periódico parecía funcionar. Él estaba encantado, al igual que su esposa.
Crecía y crecía, después de varias semanas su pene había aumentado hasta cerca de los 40 cms. ¡Y eso era ya mucho!
Alberto empezó a preocuparse, así que junto a su esposa fue a visitar a un prominente urólogo.
Después de un examen inicial, el médico le explicó a la pareja que algo raro estaba sucediendo, no era normal que el pene creciera hasta esos extremos, pero que el problema sería solucionado por medio de una cirugía correctiva.
-¿Y cuánto tiempo tendrá que andar en muletas mi marido? -preguntó la esposa ansiosamente.
-¿Muletas? ¿Quién ha hablado de muletas? ¿Por qué iba a necesitarlas? -preguntó a su vez el doctor.
- Bueno... -dijo la esposa. Supongo que usted está planeando alargarle las piernas, ¿no?
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